Kinga Szpuler
O tłumaczeniach Ireny Kuran-Boguckiej. Kinga przechodzi do analizy tłumaczeń niemieckich, a ja rozmyślam o tym, który z wersów poetów niemieckich powinien się stać nadtytułem reszty cyklu. Poprzedni, leyana y sola, daleka i samotna, zaczerpnęłam z pierwszego wiersza, który Mama przetłumaczyła na hiszpański i pierwszego, który Kinga omówiła w pierwszym odcinku tego cyklu. Używałam go, bo wydawało mi się, że świetnie pasuje do Mamy, która wprawdzie była koło nas, ale tak naprawdę była daleka i samotna… Aby pozostać w tej samej poetyce, wprowadzam nowy nadtytuł, który biorę z omawianego poniżej wiersza Heinego: Das kommt mir nicht aus dem Sinn / ta jedna w pamięci mej tkwi. To też pasuje do Mamy, a zwłaszcza do mojej pamięci o niej.
Traduciones del alemán
Para completar la presentación del trabajo literario de Irena Kuran-Bogucka, no podemos omitir sus traducciones de poesía alemana. No son obras tan numerosas como las traduciones del español, sin embargo, fueron realizadas con la misma cuidadosidad e ingenio. Una cosa interesante es que con los poemas alemanes de Heinrich Heine, Bogucka inició su carrera de traductora. En aquellos tiempos no dominaba tan bien el castellano. La obra de Heine, el poeta apreciado por muchos admiradores de poesía, fue para ella el objeto de sus primeros experimentos literarios.
La última autora, cuyos poemas traducía, fue la poestisa aleman-judía Mascha Kaléko. Bogucka se sentía emocionalmente vinculada con ella, o sea, por la experiencia de guerra y su manera de describir las cosas. Así que, podemos decir que las traducciones del alemán abren y cierran el período literario en la vida de Irena Kuran-Bogucka.
Gracias a las hijas de la traductora, Ewa Maria Slaska y Katarzyna Krenz, hemos obtenido las copias de los textos mecanografiados que se encuentran en sus archivos privados en Berlín y Gdansk.
Die Lorelei (Lorelei), del poemario Buch der Lieder (El cancionero), Heinrich Heine (1823)
Die Lorelei
Ich weiß nicht was soll es bedeuten, Die Luft ist kühl und es dunkelt, Die schönste Jungfrau sitzet Sie kämmt es mit goldenem Kamme Den Schiffer im kleinen Schiffe Ich glaube, die Wellen verschlingen (Wikisource s.f.) |
Lorelei
Nie wiem, dlaczego właśnie Zmierzch niesie powiew chłodu, W bogate strojna klejnoty Czesze je złotym grzebieniem Rybaka na statku małym Aż zniknie w wodnych odmętach, (archivo privado de K. Krenz) |
La obra se refiere al motivo del “romántico Rin[1]” y una leyenda artificialmente creada por Clemens Brentano en el año 1800. El cuento sobre una mujer muy bonita pero astuta y las rocas peligrosas con las que chocaban los barcos, se hizo tan popular que otros autores también se servían de ello. Este fue el caso de Lorelei de Heinrich Heine.
El poema consta de seis estrofas, cada una de cuatro versos, con las rimas alternadas de estructura abab. El texto tiene que fingir una canción popular, para que más creamos en su orígen antiguo. Con este objetivo Heine usa el pie métrico de anfíbraco[2]. Con este truco el autor logró el efecto de musicalidad del poema, que por un lado, verdaderamente podría ser cantado, y por otro, imita el movimiento del río.
En la primera y última estrofa el yo poético habla en la primera persona, para introducirnos en la historia y resumirla al final. En otras estrofas se nos presenta el paisaje romántico del río Rin al atardecer. Arriba, al borde del precipicio, una mujer está peinando su pelo largo y rubio, el poeta aún lo compara con el color de oro. Mientras se peina, como una sirena, canta una cación anhelante y con su canto ilusiona a los pescaderos, que destrozan sus barcas chocando con las piedras.
Lo interesante en el poema es que a primera vista parezca muy nostálgico y serio, sin embargo, no lo es. Heine juega con la estilística romantica, la lleva a la perfección, para hacer una pequeña broma. Sus intenciones las desciframos en la última estrofa cuando dice: “Ich glaube…” (Pienso que…). Toda la historia que nos ha contado, la inventó él mismo y no está totalmente seguro de lo que ocurrirá. Al saber las intenciones verdaderas del poeta y al leer el poema otra vez, descubrimos varias comprobaciones de nuestras presunsiones. El poeta concientemente está exagerando con la expresión artística; por ejemplo, usa las formulaciones: “ihr goldnes Geschmeide” (sus joyas de oro), “ihr goldenes Haar” (su pelo dorado), “mit goldenem Kamme” (con un cepillo de oro). También las rimas parecen un poco afectadas. Evidentemente, se burla de las personas a quienes les gusta la estilística demasiado romántica y que dan fe a la leyenda tan ingenua. Pero lo hace de una manera tan excelente que no nos cabe la menor duda de que es un poeta talentado e ingenioso.
La versión polaca tiene el mismo número de estrofas y versos. En cuanto a las sílabas se aparta un poco del texto original, aunque hay que subrayar que la traductora sabía mantener el ritmo del texto. El poema en polaco también parece una canción, por lo que nos da un sentimiento placentero leerlo en voz alta. Lorelei es una obra del siglo XIX, por eso, Bogucka trata de escoger palabras y expresiones de la época del romanticismo: “odwieczne baśnie; dziewica cud; miast patrzeć; śmiertelne pęta; etc”. Las rimas perfectas lo completan todo. Es una traducción muy bien lograda. Aunque tenemos un “pero”, es decir, en la versión polaca no sentimos tan claramente la ironía del autor. En la última estrofa la traductora prescinde de la frase en la primera persona, así que se pierde un poco este efecto de deshechizar al lector.
[1] El Rin, en alemán der Rhein, es el río más largo de Alemania.
[2] Anfíbraco: pie métrica de tres sílabas, en las que la segunda es larga y las otras breves.