Kinga Szpuler
Die Nixen (Las ninfas), del poemario Neue Gedichte (Nuevos poemas), Heinrich Heine (1844)
Die Nixen
Am einsamen Strande plätschert die Flut, Die schönen Nixen, im Schleiergewand, Die Eine betastet mit Neubegier Die Dritte lacht, und ihr Auge blitzt, Die Vierte tänzelt wohl hin und her Die Fünfte küßt des Ritters Händ, Der Ritter ist klug, es fällt ihm nicht ein, (Wikisource s.f.) |
Rusałki
Bezludny brzeg fala z pluskiem obmywa, Piękne rusałki wychodzą z wody, Więc jedna mieniące się pióra pawie Trzecia ze śmiechem i błyskiem w oku Czwarta tu i tam stąpa tanecznie Piąta całuje rycerza dłonie Rycerz jest mądry, leży na piasku (archivo privado de K.Krenz) |
El poema Die Nixen se refiere a la tradición de los medievales romaces ibéricos, sin embargo, es una versión moderna y un poco parodiadora de este género literario. Heine está mezclándolo con la estilística exaltada del romanticismo para obtener el efecto chistoso, si bien muy atrayente. Las siete estrofas, cada de cuatro versos, poseen un ritmo muy regular, por lo que parecen una balada. Las rimas se cruzan y tinenen la forma abab, casi todas son las rimas consonantes. El texto es muy melódico, por eso podemos declamar o cantarlo.
El narrador del poema nos cuenta una historia ligera y algo indecente sobre un encuentro de un caballero con cinco ninfas. En la primera estrofa vemos al hombre en la playa soñando en algo bonito. Es de noche, él tiene “bunte Träume” (sueños multicolor), la expresión es muy convincente y sugiere mucho al lector.
En la segunda estrofa del mar emergen las ninfas y se acercan a él, las chicas suponen que el hombre está durmiendo. En las tres estrofas siguientes, poco a poco, se atreven a tocar al caballero: la primera se interesa por su casco, la segunda por su carrillero, la tercera saca su espada de la funda, la cuarta baila y le susurra al oído sus deseos. En la penúltima estrofa la quinta ninfa besa su boca. Al final conocemos la moraleja graciosa del cuento, o sea, el caballero es tan ingenioso que no intenta abrir los ojos; sigue fingiendo dormir para que las ninfas no dejen de besarlo.
La figura de la ninfa aparece en muchas épocas y en varios géneros literarios, no obstante, en el romanticismo se hizo un motivo popular. Heine en su poesía se sirve de la figura muy a menudo. La ninfa encarna la belleza y el peligro del encuentro entre los amantes.
Como ya hemos mencionado, los poemas de Heine fueron las primeras traducciones de Irena Kuran-Bogucka. En la versión polaca del poema Die Nixen observamos la misma forma, coincide el número de estrofas y versos. Las rimas son muy bien logradas, poseen la misma estructura abab y son consonantes. Esto influye mucho en el ritmo del poema, podemos declamarlo en voz alta y la melódía del texto hace una impresión muy buena.
Nuestra atención la llama el lenguage polaco estilizado de la época medieval; evidentemente, la traductora tenía un vocabulario muy rico. Nos encantan las expresiones como: “marzenie go barwne oplata; z serca szeptem rzecze; rada bym twą kochanką być wiecznie; w pragnieniu tęsknym”. Sobresalta también lo que faltaba en el otro poema, Die Lorelei, es decir, la ironía y el gran sentido de humor. Bogucka sabe servirse de las mismas palabras con doble sentido, que Heine. El fragmento: “Die Dritte lacht, und ihr Auge blitzt,/ Sie zieht das Schwert aus der Scheide; Trzecia ze śmiechem i błyskiem w oku/ Wyciąga z pochwy miecz ostry“ suena muy divertido, tal en alemán como en polaco. La coronación de la traducción es la moraleja en la última estrofa; el texo parece como si fuera escrito en polaco y no traducido de otra lengua, porque las palabras suenan muy sencillas y acertadas: “Rycerz jest mądry, leży na piasku/ I mając zamknięte oczy/ Spokojnie się daje w księżyca blasku/ Całować rusałkom uroczym.”
Nauzykaa